5 de agosto de 2022
 

Las capacidades necesarias para que las personas compitan en los mercados de trabajo actuales cambian con gran rapidez a medida que se acelera el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y la amplificación de la inteligencia (AI). Los puestos de trabajo que conllevan tareas repetitivas que solo exigen capacidades cognitivas básicas están destinados cada vez más a ser ocupados por máquinas, mientras que las capacidades de alto valor que son difíciles de sustituir por la IA o la AI en su estado actual representan el futuro del trabajo desempe?ado por personas.

Un elemento fundamental, necesario para participar en el mercado de trabajo futuro, es la disposición y la capacidad de aprender y desarrollarse profesionalmente de forma autónoma en consonancia con las tendencias sociales y comerciales. El proceso de reinventarse uno mismo redise?ando periódicamente la propia identidad profesional puede conducir a trayectorias profesionales más prósperas y exitosas, y a resultados más satisfactorios. Ser capaces de controlar, prever y embarcarse con éxito durante toda la vida profesional en los frecuentemente complejos cambios inherentes a una sociedad en rápida evolución como la nuestra, incluida la obsolescencia de determinadas capacidades, ha pasado a formar parte de una estrategia profesional sólida.  

La IA ha revolucionado el estilo de vida de las personas en todo el mundo. En muchos casos ha facilitado sus tareas cotidianas y mejorado su calidad de vida. Por otro lado, la IA está modificando y alterando constantemente nuestra perspectiva y enfoque respecto al trabajo, así como nuestra definición del éxito. En el lado de la ecuación correspondiente a la oferta de empleo ya existe un deseo incipiente y generalizado entre los trabajadores de disfrutar de una mayor "libertad en el lugar de trabajo". Esto se debe a que la pandemia de COVID-19 no solo ha cambiado la forma de trabajar, sino también los lugares donde se desarrolla el trabajo. Un legado positivo de la actual crisis sanitaria global predominante a la vez que dolorosa es una mayor atención a los resultados, el reconocimiento de la importancia de las interacciones humanas y una relajación en la excesiva importancia que se daba tradicionalmente a los recursos empleados.

Según la publicación , los empleados ansían que se invierta en los aspectos humanos del trabajo y tolerarían mal regresar a situaciones que no les gustaban antes de la pandemia. De manera similar, según , la conciliación laboral y familiar, las oportunidades de aprendizaje y desarrollo profesional y una cultura del centro de trabajo positiva son los factores más importantes para los miembros de la llamada "generación Z" a la hora de elegir un empleo.

No debería extra?arnos que el uso más sofisticado del potencial de nuestras mentes genere beneficios poderosos y valiosos 

El pensamiento conceptual y estratégico, la creatividad, la resolución de problemas, la empatía, el optimismo, la ética, la inteligencia emocional y el criterio son las capacidades y atributos orientados al futuro que las máquinas no podrán reproducir con el mismo nivel y agilidad que los seres humanos cualificados. Deloitte prevé que  las llamadas “. La dificultad y los retos de desarrollar a gran escala ese tipo de capacidades son reales, pero las oportunidades de aprendizaje inmersivo ofrecidas a través de tecnologías como la realidad virtual podrían ser una forma de seguir avanzando. 

Curiosamente, muchas de esas capacidades están vinculadas a aquellas que son necesarias para preservar y fomentar las sociedades democráticas en un contexto de flujos de información masivos y globalizados a través de Internet y los medios sociales, también marcado por la presión y la amenaza potencial que plantea la desinformación. No debería extra?arnos que el uso más sofisticado del potencial de nuestras mentes genere beneficios poderosos y valiosos. El psicólogo, autor de best sellers y ganador del Premio Nobel Daniel Kahneman se?alaba que el criterio humano estaba impulsado por el pensamiento cognitivo, que es lento y trabajoso, y conlleva razonamiento,  y "cortoplacista".

Las habilidades de discernimiento y matización, la capacidad de examinar las complejidades de la desinformación y las capacidades para entender los sesgos y los procesos psicológicos generales detrás de una publicidad falsa o de presiones enga?osas se consideran cada vez más necesarias para proteger las libertades y los valores colectivos en una sociedad democrática. El desarrollo de estas habilidades y capacidades no está necesariamente garantizado por los sistemas educativos tradicionales, que podrían no estar aún preparados para responder adecuadamente a un panorama informativo global en constante cambio. Algunas iniciativas estadounidenses, como el  y , organizaciones indias como  y , la organización indonesia , los programas africanos  y , así como los servicios latinoamericanos  y  son valiosas fuentes de inspiración para seguir avanzando.

Las frustraciones y los desacuerdos, las rivalidades y enemistadas encarnizadas y los conflictos entre personas, Estados y empresas han logrado resolverse de forma óptima gracias al estado de derecho y sus principios básicos. Esta ha sido la culminación del largo camino de la historia de la humanidad, marcada por la lacra de la barbarie, la arbitrariedad, la inquisición, la esclavitud, la destrucción masiva, el genocidio y otros horrores. El reconocimiento constante y el conocimiento profundo de lo que la naturaleza humana es capaz de producir en términos de pensamiento y comportamiento, desde las cuestiones mundanas de la vida cotidiana hasta los problemas más complejos de la existencia, no pueden ser el privilegio de unos pocos.  

La comprensión del carácter ambivalente de la naturaleza humana, que incluye su potencial autodestructivo, debería combinarse con sistemas de aprendizaje que integren una metodología científica rigurosa para eludir trampas intelectuales asociadas a información enga?osa, evitar errores cognitivos y tratar de llegar a la verdad basándose en pruebas como forma de vida. Este conjunto de capacidades esenciales no solo debería ser una cualidad de las profesiones especializadas, sino un requisito social riguroso y general, al menos a un determinado nivel realista, compartido por el máximo número posible de ciudadanos para lograr la estabilidad, la cohesión y la unidad social en un contexto de medios sociales no regulados y globalizados. La tarea parece abrumadora, pero si va acompa?ada de una reglamentación sólida y ética de los medios sociales e Internet, a la vez que se garantiza la plena protección del espíritu de libertad de expresión, pueden lograrse avances rápidos y concretos. 

Estas propuestas tienen una buena correlación con la asequibilidad de una educación de calidad y su accesibilidad, y obligan a todas las partes interesadas a revisar la definición de equidad integrada en el pensamiento económico convencional. En todas las crisis, la privatización de la educación, junto con cuestiones interrelacionadas, como la privatización de la sanidad y unos mercados de trabajo altamente flexibles, son se?alados como factores que generan profundas desigualdades sociales, desunión y desesperanza. Esta perspectiva nos exhorta a profundizar intelectualmente para redefinir el individualismo en unos términos que sean más positivos para el conjunto de la sociedad.  

El individualismo puede replantearse de manera positiva adoptando una dimensión a largo plazo, lo que supone, entre otras cosas, ofrecer una educación de calidad gratuita para todos como la mejor póliza de seguros para la sociedad. El modelo socioeconómico vigente en muchas democracias actuales está basado en una mentalidad cortoplacista que se parece cada vez más a una especie de pensamiento mágico, y aunque en los últimos diez a?os aproximadamente se ha rebatido con datos una y otra vez, sigue resistiendo tozudamente. Las capacidades orientadas al futuro son altamente competitivas y tanto las empresas como el conjunto de la sociedad las valoran profundamente. No se adquieren o desarrollan con facilidad, pero, sin duda, el esfuerzo merece la pena teniendo en cuenta los posibles costes a largo plazo de no incorporarlas.

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