22 de mayo de 2023

Este a?o se celebra el vigésimo aniversario de la Campa?a Mundial para Erradicar la Fístula y se cumplen diez a?os desde que se celebró por primera vez el , creado para sensibilizar acerca de este problema, fortalecer las asociaciones y movilizar apoyo en todo el mundo.

El 14 de julio de 2021, el , mediante la cual reconoció que “la morbilidad prevenible asociada a la maternidad es un motivo de preocupación en materia de derechos humanos y que las muertes y lesiones graves y prevenibles de las mujeres y ni?as durante el embarazo y el parto no son acontecimientos inevitables, sino que son consecuencia directa de que existan leyes y prácticas discriminatorias y normas y prácticas nocivas en materia de género, de que no se establezcan y mantengan sistemas y servicios de salud eficaces, y de que no se rindan cuentas”.

La fístula obstétrica es una trágica lesión de alta morbilidad, que ocurre durante el parto y afecta a mujeres y ni?as pobres, analfabetas y marginadas, que con frecuencia viven en zonas remotas, y a quienes se niega el acceso a una asistencia sanitaria de calidad, a la igualdad y a la dignidad. Si no se realiza una intervención de emergencia a tiempo, la fístula obstétrica, que se debe a un parto prolongado con obstrucción, provoca a las mujeres y ni?as afectadas incontinencia urinaria y/o fecal y graves consecuencias médicas psicológicas, sociales y económicas. Este fue el caso de Rose Konga, de Sudán del Sur, que se quedó embarazada en su adolescencia, se casó a los dieciocho a?os, perdió tres bebés durante el parto y sufrió de fístula obstétrica durante veintiún a?os antes de recibir el tratamiento que necesitaba.

Se estima que , y cada a?o se producen miles de casos más. El 90 % de los casos terminan en muerte prenatal. La fístula obstétrica tiene una alta prevalencia en ?frica Subsahariana, Asia, América Latina y el Caribe, así como en las regiones árabes.

La prevalencia de esta lesión deriva de la desigualdad de género subyacente, así como de factores socioeconómicos y relacionados con derechos humanos. El embarazo en la adolescencia, el matrimonio infantil y las prácticas perjudiciales para el bienestar de las mujeres son factores contribuyentes. Las mujeres y las ni?as con fístula obstétrica sufren estigmatización y aislamiento y, a menudo, son abandonadas por sus parejas y familias. Se enfrentan a formas interconectadas de discriminación por razón de su salud, discapacidad, estado civil, educación y situación socioeconómica, que amplían aún más la brecha de la desigualdad y agravan su situación de pobreza. Son uno de los grupos de población que más se queda atrás.

La fístula obstétrica puede prevenirse si existe acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva integrales de calidad. Para acabar con este problema es igualmente importante disponer del tratamiento cuando se produce la lesión, y poder acceder a él. Sin embargo, la asistencia no llega a todas las mujeres y ni?as que la necesitan. Con frecuencia, el coste medio del tratamiento para la fístula obstétrica (600 USD) es un obstáculo para una mujer que ya se encuentra en una situación de pobreza, supone una vulneración de su derecho a disfrutar de la mejor salud física y psicológica posible e indica que los sistemas de salud no proporcionan la asistencia necesaria y la comunidad internacional no hace efectivos los derechos de las mujeres y las ni?as. 

El objetivo global y la respuesta   

En 2003, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) —el organismo competente en salud sexual y reproductiva de la organización— y sus socios pusieron en marcha la , con el fin de eliminar la fístula obstétrica. Hoy en día, la campa?a está activa en 55 países y se centra en cuatro estrategias: prevención, tratamiento, reintegración social y concienciación, que se rigen por los principios de los derechos humanos de no discriminación, participación y rendición de cuentas.

Junto con los socios de la Campa?a, el UNFPA lidera el desarrollo de una hoja de ruta mundial para poner fin a la fístula obstétrica a más tardar en 2030, que movilice a agentes clave que ayuden a hacer realidad el sue?o de erradicar la fístula.

En 2013, las Naciones Unidas crearon el Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica, con el fin de mantener esta lesión en lo alto de la agenda mundial.

En 2018, los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron la , en la que pidieron que se aceleren los progresos hacia la erradicación de la fístula obstétrica en el plazo de un decenio, un objetivo que se ajusta al calendario fijado para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. La erradicación de la fístula está especialmente relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) , , , , , y ; con el compromiso de “no dejar a nadie atrás”; y con la promesa de la . 

Se han logrado avances significativos, en particular el aumento de la sensibilización política y la actuación a escala regional, nacional y mundial; la mejora de las asociaciones y mecanismos de coordinación para la fístula, así como para la salud materna y neonatal; la intensificación de los esfuerzos para reforzar los sistemas de salud y prevenir y tratar la fístula obstétrica; la intensificación de los esfuerzos para mejorar la disponibilidad de información; y mayores niveles de responsabilidad y compromiso de los países.  y otros miles de casos han sido financiados por socios de la Campa?a, restableciendo así la salud, la esperanza y la dignidad de las supervivientes. Veintiún países tienen estrategias nacionales para erradicar la fístula y han designado equipos especiales gubernamentales para coordinar y supervisar las iniciativas al respecto.

Solo quedan siete a?os para alcanzar el objetivo global y persisten retos importantes. Unas 500 000 mujeres y ni?as necesitan tratamiento y cada a?o surgen miles de casos más. Muchos países han comunicado una necesidad urgente de tratamiento integral que no pueden atender. Los datos disponibles sugieren que están aumentando las fístulas yatrogénicas en muchos países que ya se enfrentan a la carga que supone esta lesión y carecen de capacidad para hacer frente al problema.

Algunos de los factores que nos impiden llegar a este objetivo son el estancamiento de la reducción de la mortalidad materna; los lentos avances en materia de salud sexual y reproductiva en los países de renta media y baja; un déficit de 1,1 millones de trabajadores esenciales en salud sexual y reproductiva en todo el mundo, especialmente un déficit de 900 000 matronas; las complicadas repercusiones del cambio climático, las últimas pandemias, las crisis humanitarias y los conflictos, que también afectan al acceso a la asistencia sanitaria y la educación, así como al agua y a los alimentos; y un aumento del riesgo desigualdad de género y violencia por razón del género. En última instancia, las mujeres y las ni?as pagan el precio más alto, y muchas de ellas acaban sumidas en la pobreza, la enfermedad y la impotencia.

No puede conseguirse el progreso sin rendición de cuentas

Sabemos lo que funciona y debemos invertir en soluciones basadas en datos.

El UNFPA y los socios de la Campa?a actualizaron las , con el fin de proporcionar estrategias y enfoques basados en datos para erradicar la fístula a más tardar en 2030. 

En 2022, la Asamblea General aprobó la , en la que pidió a los gobiernos, la comunidad internacional, a las instituciones financieras, a las organizaciones de la sociedad civil y al sector privado que redoblaran sus esfuerzos por mejorar la salud materna realizando mayores inversiones en la cobertura sanitaria universal que, a su vez, reforzaría los sistemas de salud y haría que los servicios de salud materna y el tratamiento de la fístula obstétrica fueran geográficamente accesibles y económicamente asequibles.

Este a?o, el tema para la celebración del Día Internacional es “20 a?os después: ?progreso, pero no suficiente!  ?Actúa ahora para acabar con la fístula para 2030!”. Esto refleja una petición para que se asuman compromisos adicionales para erradicar la fístula y evaluar los avances hacia su cumplimiento.

Debemos unirnos y aumentar urgentemente las inversiones y medidas para acabar con la fístula. Tenemos que garantizar un acceso universal y oportuno a profesionales con formación que tengan competencias de obstetricia en el momento del parto, así como a la asistencia obstétrica y neonatal de emergencia de alta calidad, a los servicios de planificación familiar y al tratamiento integral de la fístula, en el que se incluyen la reintegración y la rehabilitación.

A nivel comunitario, la educación en materia de salud y los programas de sensibilización deben estar siempre disponibles. Es necesario financiar el control de la calidad funcional de la prestación del servicio y los mecanismos de supervisión, la innovación, la investigación y la generación de datos; realizar un seguimiento de los casos nuevos y persistentes; y documentar las buenas prácticas.

Debemos empoderar e implicar de forma significativa a las mujeres y a las ni?as en todos los aspectos de los programas y eliminar los determinantes sociales que afectan negativamente a su bienestar, como las desigualdades sociales y económicas por razón del género, el matrimonio infantil y la gestación a edades tempranas. Toda la comunidad, incluidos los hombres y los ni?os, debe participar activamente y formar parte de la solución.

Por último, debemos comprometernos a promover la educación de las ni?as y a proteger sus derechos humanos fundamentales.

Eso es justo lo que estamos haciendo en el UNFPA. En nuestro , el Fondo se compromete a erradicar la fístula mediante nuestros esfuerzos por acabar con la mortalidad materna evitable, satisfacer las necesidades pendientes de planificación familiar y detener la violencia por razón del género y las prácticas da?inas.

 

La 颁谤ó苍颈肠补?翱狈鲍? no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, así como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los artículos no implican necesariamente un apoyo o una aceptación por parte de las Naciones Unidas.?