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El control de las enfermedades infecciosas ocupaba un lugar preponderante en el programa del 63? per¨ªodo de sesiones de la Asamblea Mundial de la Salud, que tuvo lugar en mayo de 2010 en Ginebra. Debido a la gran atenci¨®n prestada a los avances realizados en la consecuci¨®n de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud, a saber, la erradicaci¨®n de la poliomielitis, la aplicaci¨®n del Reglamento Sanitario Internacional, el control de los medicamentos falsificados, y la preparaci¨®n para una pandemia de gripe, qued¨® poco tiempo para examinar una de las mayores causas de muertes, como son las enfermedades no transmisibles y cr¨®nicas.

Tomadas en conjunto, las enfermedades cr¨®nicas son responsables de alrededor del 60% de las muertes en todo el mundo. Las cuatro principales, a saber, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el c¨¢ncer y las enfermedades respiratorias cr¨®nicas, tienen su causa en tres factores de riesgo comunes: el uso de tabaco, una alimentaci¨®n poco sana y la falta de ejercicio.

Contrariamente a la percepci¨®n popular, los pobres son los m¨¢s afectados. El All India Institute of Medical Sciences inform¨® que el 11% de los hombres y casi el 10% de las mujeres que viven en barrios de tugurios urbanos en la India padecen de diabetes. De modo similar, investigadores de la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud determin¨® que el 47% de las mujeres y el 44% de los hombres en el Per¨² padec¨ªa de hipertensi¨®n, y que los hogares m¨¢s pobres incluidos en el estudio experimentaban las tasas m¨¢s altas de esa enfermedad cr¨®nica. Numerosos estudios demuestran que existe un fuerte v¨ªnculo entre la pobreza y las enfermedades cr¨®nicas.

?De qu¨¦ fondos se dispone para hacer frente a este problema? Se estima que menos del 3% de la financiaci¨®n total aportada por los donantes se destina a las enfermedades no transmisibles, y un estudio realizado por la revista The Lancet determin¨® que, en 2005, la financiaci¨®n relativa a las enfermedades cr¨®nicas aportada por los cuatro donantes principales se estimaba en 3 d¨®lares por muerte anuales, en comparaci¨®n con 1.030 d¨®lares en el caso del VIH/SIDA.

Las investigaciones del Centro para el Desarrollo Mundial han demostrado que los principales donantes como el Gobierno de los Estados Unidos, el Banco Mundial y el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido se han resistido a otorgar donaciones y pr¨¦stamos para hacer frente a las enfermedades no transmisibles. ?Por qu¨¦ es tan min¨²scula la financiaci¨®n de que disponemos? Tal vez porque no se considera que las enfermedades cr¨®nicas est¨¦n vinculadas directamente a la pobreza o el desarrollo, sino que se las atribuye superficialmente a la prosperidad y la occidentalizaci¨®n. Tal vez porque esas enfermedades no despiertan los mismos sentimientos de empat¨ªa y de justicia social que las enfermedades tradicionalmente asociadas con la pobreza. Tal vez porque asignamos el peso de la responsabilidad al individuo y no a la sociedad, a las decisiones personales y no a las circunstancias socioecon¨®micas.

Como los donantes no tienen inter¨¦s, la financiaci¨®n y la creaci¨®n de instituciones tendr¨¢n que venir de los gobiernos nacionales. Sin embargo es dif¨ªcil para esos gobiernos invertir en la prevenci¨®n de las enfermedades cr¨®nicas. En los pa¨ªses de bajo ingreso que dependen de la ayuda, los gobiernos se ven obligados a orientar las estrategias de salud hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (de los que las enfermedades cr¨®nicas est¨¢n excluidas) para recibir financiaci¨®n externa, que puede constituir el 50% o m¨¢s del presupuesto de salud. Incluso en los pa¨ªses autosuficientes como el Brasil y la India ocurre lo mismo. Aunque ambos pa¨ªses est¨¢n abrumados por las enfermedades cardiovasculares, los problemas mentales, las lesiones no intencionales y el c¨¢ncer, hay una enorme disparidad entre las prioridades del gasto p¨²blico y las necesidades prioritarias de la poblaci¨®n de esos pa¨ªses.

Es aqu¨ª que los foros regionales de salud cobran una importancia vital y pueden complementar a las discusiones y actividades mundiales. Recientemente, la secretar¨ªa de la Comunidad del Caribe abog¨® a favor de una resoluci¨®n de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre las enfermedades no transmisibles y posiblemente de la celebraci¨®n de un per¨ªodo extraordinario de la Asamblea sobre el tema. Ello indica que los problemas de las enfermedades no transmisibles pueden ser m¨¢s notables a nivel regional, especialmente en el Oriente Medio y el Caribe, donde esas enfermedades est¨¢n haciendo estragos, que a nivel mundial, en que las inversiones en la prevenci¨®n y el tratamiento de las enfermedades infecciosas a¨²n predominan.

La reciente decisi¨®n de la Asamblea General de las Naciones Unidas de celebrar una cumbre de alto nivel con la participaci¨®n de Jefes de Estado sobre las enfermedades no transmisibles en septiembre de 2011 es un gran paso adelante. El pr¨®ximo a?o ofrece una gran oportunidad para presentar pruebas convincentes a los principales funcionarios de los gobiernos y los organismos de desarrollo de que las enfermedades no transmisibles son un problema de desarrollo, argumento que contribuy¨® a aumentar la conciencia del VIH/SIDA, y para persuadir al p¨²blico de que las enfermedades no transmisibles son tan merecedoras de atenci¨®n y financiaci¨®n como las enfermedades infecciosas.

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