30 de agosto de 2022

A lo largo de mi carrera, he tenido el privilegio de trabajar para muchas v¨ªctimas de cr¨ªmenes terribles y de colaborar con ellas, como las que sufren desapariciones forzadas. El relato de sus experiencias siempre resulta conmovedor, y su sufrimiento parece colocarlas en un nivel diferente al del resto del mundo. Les permite elevarse con una dignidad sobrecogedora por encima de las atrocidades cometidas contra ellos y sus seres queridos, y dar muestra de una paciencia y una persistencia envidiables en su interminable lucha por la verdad y la justicia. 

Se han construido muchos mitos en torno a aquellos que buscan a v¨ªctimas de desapariciones forzadas y sus motivaciones. Hasta la fecha, nunca he conocido a una v¨ªctima que se haya visto movida por un deseo de venganza, aunque debo admitir que s¨ª me he encontrado con algunas que aspiran leg¨ªtimamente a ser compensadas. En cambio, lo m¨¢s habitual ha sido observar que lo que interesa a las v¨ªctimas en general es que se haga justicia y que la verdad se haga p¨²blica; que se defienda su dignidad, su nombre y los nombres de sus seres queridos; y que las terribles situaciones por las que han pasado sirvan como ejemplo y como trampol¨ªn para la erradicaci¨®n del azote de las desapariciones forzadas de nuestras sociedades. 

Debido a la curiosidad m¨®rbida inherente a los seres humanos sobre las violaciones de los derechos humanos y, en particular, las desapariciones forzadas, la atenci¨®n de la sociedad en general y de los medios tiende a centrarse en "el desaparecido". No obstante, un logro destacable de la  fue la ampliaci¨®n de la noci¨®n de v¨ªctima para incluir a cualquier persona que haya sufrido da?os como resultado directo de una desaparici¨®n forzada, incluso aunque no sea familiar del desaparecido. Este reconocimiento formal de estas otras v¨ªctimas no se traduce autom¨¢ticamente en que los Estados presten la atenci¨®n necesaria a sus necesidades y expectativas, especialmente al imperativo de encontrar con vida a sus seres queridos.  

Violaciones graves de los derechos humanos, como las desapariciones forzadas, pueden dejar en las v¨ªctimas cicatrices duraderas, tanto psicol¨®gicas como f¨ªsicas. Los autores de estos cr¨ªmenes socavan el sentido de la realidad de las v¨ªctimas, su confianza en su propia capacidad de evaluar la seguridad de su entorno y la creencia fundamental de que el mundo funciona de una forma racional y comprensible. Por este motivo, el reconocimiento estatal de los derechos, las experiencias y la dignidad de las v¨ªctimas podr¨ªa aliviar las consecuencias traum¨¢ticas de las violaciones de los derechos humanos a trav¨¦s de la restauraci¨®n de su sentido de seguridad personal y de la confianza en las instituciones p¨²blicas, encontrando la verdad y ayudando a los afectados a romper el silencio. 

Las v¨ªctimas valoran mucho las acciones estatales orientadas a reconocer su condici¨®n, puesto que suelen tener que enfrentarse a la negaci¨®n de sus vivencias o la distorsi¨®n de la verdad de lo ocurrido por parte de funcionarios p¨²blicos. En algunas instancias, el estatus del t¨¦rmino "v¨ªctima" en s¨ª mismo puede convertirse en un estigma en el ¨¢mbito de las interacciones sociales, pues transmite una imagen negativa de las propias v¨ªctimas. Por esta raz¨®n, algunas de ellas prefieren ser consideradas "supervivientes", pues de esta forma se hace hincapi¨¦ en su capacidad de resiliencia y recuperaci¨®n. 

Aparte del debate legal sobre el concepto de v¨ªctima en una desaparici¨®n forzada y de la falta de voluntad pol¨ªtica en muchas situaciones por satisfacer sus derechos, es indiscutible y l¨®gico el hecho de que los familiares de los desaparecidos sufren tanto como aquellos que ya no est¨¢n presentes, y en ocasiones incluso m¨¢s, puesto que es parte de nuestra naturaleza humana que cualquiera que pierde de manera violenta e inesperada a un ser querido sienta un profundo sufrimiento, sin necesidad de pruebas para llegar a esta conclusi¨®n. Una desaparici¨®n forzada tambi¨¦n representa un da?o a unos valores de gran importancia para las personas y altera las condiciones de vida de los familiares si el desaparecido les proporcionaba sustento o apoyo, de forma que sus vidas se ven entorpecidas por el crimen. En otros casos, el miedo a represalias o situaciones peores, como violaciones de los derechos humanos cometidas contra ellos por implicarse en las labores de b¨²squeda o por exigir justicia, fuerza a estas otras v¨ªctimas a alejarse, desplazarse forzosamente o exiliarse. 

Estos tipos de sufrimiento se agravan por un sentimiento de desamparo que puede surgir por una falta de resultados en la b¨²squeda y la investigaci¨®n. Tal como ha se?alado la  en varias ocasiones, la imposibilidad frecuente de las autoridades de destapar la verdad de las violaciones de derechos humanos de esta gravedad puede provocar un intenso sufrimiento y angustia en estas v¨ªctimas, as¨ª como sentimientos de inseguridad, frustraci¨®n e impotencia. 

Por tanto, resulta esencial garantizar que estas otras v¨ªctimas de las desapariciones forzadas desempe?an un papel activo a la hora de responder al crimen. Durante casi cuatro d¨¦cadas, las entidades internacionales que trabajan por los derechos humanos han reconocido la importancia que reviste para las v¨ªctimas la participaci¨®n, si lo desean, en las labores de b¨²squeda e investigaci¨®n, la exigencia de unas indemnizaciones adecuadas por el da?o que se les ha infligido; el conocimiento de la verdad sobre lo ocurrido, sin ambig¨¹edades; y el reconocimiento y la consideraci¨®n de sus derechos, intereses y expectativas en cualquier decisi¨®n pol¨ªtica adoptada por los Estados para abordar el fen¨®meno de las desapariciones forzadas.  

En este D¨ªa Internacional de las V¨ªctimas de Desapariciones Forzadas, adem¨¢s de recordar a los desaparecidos, pensemos tambi¨¦n en aquellos que nos inspiran por su tenacidad; en aquellos que no se cansan, que no tiran la toalla hasta que se localiza a sus seres queridos; en aquellos que cada d¨ªa renuevan su sufrimiento sumidos en un duelo que no termina, porque para que esto ocurra, se debe obtener verdad y justicia. Dig¨¢mosles que la hora de la verdad, la justicia y la reparaci¨®n est¨¢ cerca; que la desesperaci¨®n, el miedo y el abandono a los que injustamente se enfrentan pronto terminar¨¢n; que nos inspiran; y que, como sociedad global, aplaudimos el papel fundamental que han desempe?ado en la lucha contra las desapariciones, que ha sido clave para darles visibilidad a nivel mundial y para lograr lo poco que hemos hecho hasta ahora. 

 

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