19 de marzo de 2020

Para evitar dudas, aclaremos primero el significado del término "plásticos de un solo uso" en el contexto de este artículo. Hablamos, en concreto, de objetos como botellas de plástico y envoltorios de caramelos que están dise?ados para ser utilizados una sola vez antes de ser desechados.

Un impactante 91 % de todo el plástico es de un solo uso y el ritmo de producción masiva adoptado desde que el uso del plástico se popularizó hace aproximadamente seis décadas ha resultado en 8.300 millones de toneladas métricas de contaminación por plástico.1 La parte más inquietante de todo esto es que la producción de plástico se duplicará en los próximos 20 a?os a pesar de que está aumentando la conciencia respecto a su impacto negativo para el medio ambiente.

Si reunimos todos estos hechos, se hace evidente que estamos plenamente sumidos en una crisis global del plástico. El problema es tan grave que las Naciones Unidas han identificado los plásticos de un solo uso como uno de los retos medioambientales más importantes de nuestros tiempos.

Y efectivamente lo es. Pero ?quiénes son los culpables? Pues la respuesta depende totalmente de a quién se plantee la pregunta.

Los fabricantes sostienen el argumento de la oferta y la demanda. ?Por qué dejar de fabricar algo que los consumidores quieren y siguen comprando? Los consumidores se defienden aludiendo a la falta de opciones en los puntos de venta, los exagerados precios de las alternativas sostenibles y las tácticas de ecoimpostura que provocan confusión (transmitir deliberadamente información enga?osa que posiciona una marca o un producto como más ecológico de lo que realmente es). Entretanto, el Gobierno del Reino Unido se mantiene a flote proponiendo impuestos, prohibiciones y reformas a los métodos de producción y consumo obsoletos.

Mientras sigamos funcionando en un paradigma de evasión de la responsabilidad, no lograremos reconocer nuestros propios errores y el papel que desempe?amos, tanto individual como colectivamente, en la solución de este problema. La verdad es que formamos parte de un sistema y una función importante dentro de él. Acusar solo sirve para desviar la atención del problema real. Así solo lograremos postergar la acción que conduce al progreso, y el tiempo se agota.

La única forma para dejar de depender del plástico de un solo uso es que todo el mundo reconozca, entienda y respete los desafíos que se plantean a todos los niveles y que actuemos en consecuencia para abordarlos. Al igual que en todos los sistemas efectivos, tiene que haber comunicación, cohesión y unidad para que funcionen. Los grupos de consumidores, el sector y el gobierno deben aplicar este mismo enfoque para identificar e implementar soluciones eficaces para la crisis del plástico de un solo uso.

Adoptar un enfoque circular

Tanto los gobiernos como el sector privado siguen asumiendo compromisos ambiciosos en la transición hacia una economía circular, un sistema basado en la creación de valor económico eliminando el desperdicio y la dependencia de los recursos finitos a favor del uso continuado de materiales y recursos dentro de él.

Parece bastante fácil. Se podría pensar que el problema se solucionaría si se consigue que las 79 empresas responsables de más del 80 % de los envases de plástico de los productos que se venden en los supermercados del Reino Unido adoptaran este enfoque, ?verdad?

Pues no.

El modelo circular, tal y como existe actualmente, no es perfecto. Es progresivo, pero dado que no abarca el seguimiento o la captura de materiales de un solo uso que se salen del sistema circular o que ya se han desechado al medio ambiente, no resulta adecuado. La Unión Europea prevé que la contaminación marina por plásticos aumente hasta las 150 millones de toneladas de aquí a 2025.2 Es necesario hacer frente a este fenómeno en el enfoque circular para que de verdad constituya un modelo efectivo e inclusivo.

Debemos medir el alcance y el impacto del problema de los plásticos de un solo uso para entenderlo y gestionarlo en su globalidad. Rastrear y registrar el plástico de un solo uso desechado al medio ambiente es una misión casi imposible, pero eso no le resta importancia. Lo cierto es que se puede hacer.

Exigir transparencia y responsabilidad

, la organización sin fines de lucro que fundé en 2016, combina activismo de aventura y tecnología disruptiva para recopilar masivamente datos sobre los desechos de un solo uso a través de una red global de voluntarios. Los ciudadanos participan en actividades de limpieza no remuneradas organizadas tanto oficialmente por nuestro equipo como de forma independiente. Todo lo que se recoge se registra en la aplicación de Plastic Patrol, que facilita información sobre la ubicación, el tipo, la marca y la cantidad de artículos recogidos, así como sobre el comportamiento humano en todo el mundo. Se trata de un enfoque en tiempo real y "siempre activo" sobre la recopilación de datos sobre basura.

Lizzie Carr en una limpieza de Plastic Patrol UK del canal de Rochedale en el norte de Inglaterra, 2018. ?Andrew Hargraves Photography.

Los ciudadanos tienen la responsabilidad de controlar y, en última instancia, medir todos los desechos de un solo uso que se escapan del sistema circular y devolverlos al sistema. Los datos recopilados constituyen una herramienta imparcial y sólida para establecer puntos de referencia para el sector basados en evidencias y fijar objetivos ambiciosos que los gobiernos puedan regular.

Hasta la fecha, más de 15.000 voluntarios han formado parte de este proyecto y se han recopilado datos en 80 países. Al público general le motiva la acción, pero no lucha contra el sistema, sino que, al contrario, trabaja para él. Registrar la basura de un solo uso y presentar los resultados no es un ataque contra los errores de la industria o del gobierno. Es un recurso fundamental y una herramienta analítica que, si todos la utilizamos, puede sacar partido de las acciones positivas de la población para aportar información valiosa (que, de otra forma, sería imposible de obtener) sobre las tendencias y los patrones relacionados con el plástico de un solo uso y el comportamiento humano y así impulsar un cambio significativo desde el principio.

Este enfoque unificado no solo garantiza que se intercepta el plástico de un solo uso y se retira del entorno natural, sino que también se devuelve al sistema circular. Del mismo modo, crea un nivel de transparencia en la rendición de cuentas sin precedentes, que sería adoptado por las empresas que están realmente buscando soluciones al problema. El proyecto ofrece a los consumidores, al sector y al gobierno una oportunidad única para colaborar y asumir de forma colectiva el problema. Los datos recopilados por el público pueden ayudar a acelerar y supervisar la transición hacia una economía circular. Plastic Patrol está despertando y guiando el cambio comportamental en torno a los plásticos de un solo uso a través de acciones comunitarias y ciencia ciudadana, a la vez que impulsa una acción de la industria y la política que sirva para proteger nuestro planeta y nuestra vida silvestre de los efectos nocivos de esta basura.

Apoyar las acciones gubernamentales

En 2019, Plastic Patrol publicó su , en el que se detallaba el alcance de la basura de un solo uso en Reino Unido. Según un análisis de 110.614 artículos de basura recopilados de manera colaborativa por todo el mundo a través de la aplicación Plastic Patrol en 2019, los resultados ofrecen un marco para hacer un llamamiento a una acción firme y urgente del sector, y respaldan los planes gubernamentales que invocan el principio de "quien contamina paga" y que reforman la actual responsabilidad ampliada del productor (EPR, por sus siglas en inglés), una política que amplía la responsabilidad de un productor en relación con un producto hasta la fase posterior a su uso más allá del punto de venta.

El Gobierno del Reino Unido definió planes para que las empresas obligadas pagaran íntegramente los costes netos de la gestión de los residuos de envases, incluida la recogida, el reciclaje, la eliminación y la limpieza de la basura.

Para garantizar que la EPR es efectiva, debe estar respaldada por un marco normativo y de supervisión transparente y basado datos. Los costes deben repartirse de forma justa entre los productores y debe utilizarse un mecanismo sólido para rastrear con precisión los materiales a lo largo del sistema, incluidas las fugas al medio ambiente. Los datos recopilados de manera masiva sobre los materiales contaminantes serán fundamentales para supervisar el progreso y calcular los costes relacionados con dichos materiales, y la tecnología, como la aplicación Plastic Patrol, ofrece una oportunidad para respaldar dicho marco normativo y de supervisión.

Con tantas partes implicadas, puede parecer difícil implementar la solución. Sin embargo, si todo el mundo se esfuerza por alcanzar el mismo objetivo final, debería ser tremendamente simple llevarlo a cabo. Pero tenemos que dejar de se?alar con el dedo y empezar a trabajar juntos.

Notas

1. Roland Geyer, Jenna R. Jambeck y Kara Lavender Law, "Production, use, and fate of all plastics ever made", Science Advances, vol. 3, n.? 7 (julio 2017). Disponible en (solo disponible en inglés).

2. Ben Webster, "Plastic in oceans will triple within seven years, scientists warn", Times, 21 de marzo de 2018.  

 

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