Marie Haga, Vicepresidenta Adjunta encargada del Departamento de Relaciones Exteriores y Gobernanza del Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola de las Naciones Unidas

El hambre es tanto una causa como una consecuencia de los conflictos. Actualmente, hay de personas que se enfrentan a la hambruna en el Yemen, Sud¨¢n del Sur, Burkina Faso y el noreste de Nigeria. De hecho, los en la mayor¨ªa de las crisis alimentarias del mundo.

Los conflictos generan hambre, ya que pueden originar el desplazamiento de los agricultores y destruir bienes agr¨ªcolas y reservas de alimentos, o bien pueden ocasionar disrupciones en los mercados, lo que eleva los precios y afecta los medios de vida. En este c¨ªrculo vicioso, los conflictos y la falta de alimentos da?an el propio tejido de la sociedad y, con demasiada frecuencia, conducen a la violencia.

En 2018, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprob¨® una en la que se reconoci¨® que el hambre era un factor impulsor del desplazamiento forzado y, a la inversa, el desplazamiento forzado pod¨ªa tener efectos devastadores en la producci¨®n agr¨ªcola. El hambre nunca podr¨¢ eliminarse si no hay paz mundial. Al mismo tiempo, el cambio clim¨¢tico intensifica a¨²n m¨¢s la espiral de hambre y conflicto. A principios de este a?o, el , se?al¨® que, de los 15 pa¨ªses m¨¢s expuestos a los riesgos clim¨¢ticos, 8 contaban con la presencia de una operaci¨®n de mantenimiento de la paz o acog¨ªan una misi¨®n pol¨ªtica especial de las Naciones Unidas. De aumentar la escasez de recursos, los conflictos en torno a elementos como el agua o las tierras cultivables no har¨¢n m¨¢s que profundizarse.

De c¨ªrculo vicioso a ciclo virtuoso

Teniendo en cuenta que, a finales de este a?o, se celebrar¨¢ la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, nos encontramos en el mejor momento para examinar el modo en que los sistemas alimentarios ¡ªes decir, la forma en que se producen, procesan, transportan, venden y consumen los alimentos¡ª pueden fomentar la paz, y la manera en que la paz puede ayudar a respaldar sistemas alimentarios s¨®lidos.

Resulta evidente que hay un problema con nuestros sistemas alimentarios: si bien producimos m¨¢s alimentos que nunca, sigue padeciendo hambre y 2 000 millones de personas no obtienen alimentos nutritivos suficientes. La producci¨®n de alimentos genera una importante huella de carbono. Del mismo modo, el sector agr¨ªcola ejerce una gran presi¨®n sobre los recursos h¨ªdricos, ya que (publicaci¨®n disponible solo en ingl¨¦s). Adem¨¢s, la agricultura es el principal causante de la p¨¦rdida de biodiversidad. Por otra parte, el 30 % de los alimentos producidos se desechan o pierden en la etapa posterior a la cosecha, incluso antes de llegar a los consumidores.

Sin embargo, esto no tiene por qu¨¦ ser as¨ª. Debemos transformar este c¨ªrculo vicioso en un ciclo virtuoso de modo que los sistemas alimentarios puedan fomentar la paz, la cual a su vez promueve el suministro de alimentos inocuos y nutritivos.

Las peque?as explotaciones agr¨ªcolas y su funci¨®n crucial

La agricultura en peque?a escala es fundamental para los sistemas alimentarios que ayudan a crear comunidades pac¨ªficas y saludables. La subsistencia de m¨¢s de , las cuales tienen un gran potencial para contribuir en mayor medida al logro de sistemas alimentarios sostenibles que funcionen adecuadamente.

?Por qu¨¦? Porque esas y nacionales (publicaci¨®n disponible solo en ingl¨¦s), y son especialmente importantes en los pa¨ªses en desarrollo donde hay m¨¢s probabilidades de que el hambre genere disturbios.

Adem¨¢s, en los lugares en que predomina la agricultura en peque?a escala, hay una , niveles m¨¢s elevados de confianza y un mayor apego a las culturas y las comunidades locales. Otro aspecto igualmente importante es que las peque?as explotaciones y otras peque?as y medianas empresas rurales invierten y gastan dinero en las econom¨ªas locales, crean empleos y oportunidades, y, por consiguiente, reducen la necesidad de migrar. En los lugares en que las peque?as explotaciones agr¨ªcolas prosperan, se forjan comunidades resilientes y pac¨ªficas.

Por ¨²ltimo, los peque?os productores rurales suelen cuidar mejor el entorno natural. Las pr¨¢cticas sostenibles, como la agricultura org¨¢nica, se basan en conocimientos complejos sobre la tierra y los ecosistemas, y aprovechan el largo historial de trabajo de la tierra que poseen las explotaciones familiares.

Los sistemas agr¨ªcolas en peque?a escala son responsables de , aunque, ir¨®nicamente, esos agricultores suelen tener dificultades para alimentar a sus propias familias. Con frecuencia se vulneran sus derechos sobre la tierra y las reglamentaciones y los precios de mercado menoscaban sus ingresos, y se ven afectados de manera desproporcionada por el cambio clim¨¢tico.

Inversiones en pro de la alimentaci¨®n y la paz

En los pa¨ªses y las situaciones en que los conflictos ponen en peligro la seguridad alimentaria, las medidas a corto plazo orientadas a dar respuesta a las crisis no son suficientes. Resulta fundamental hacer una inversi¨®n en el desarrollo a largo plazo para poder romper el c¨ªrculo vicioso del hambre y los conflictos. Por ejemplo, en el , la rehabilitaci¨®n, construcci¨®n y gesti¨®n de puntos de abastecimiento de agua ha reducido las tensiones entre los pastores n¨®madas en torno a los recursos h¨ªdricos. En , el acceso a fondos y capacitaci¨®n ha aumentado la producci¨®n y las oportunidades de empleo en el sector rural, lo que ha disuadido a los j¨®venes de involucrarse en los conflictos.

En una zona remota ubicada en el norte del , el acceso a variedades de cultivos m¨¢s resistentes, servicios veterinarios para el ganado y carreteras pavimentadas para poder llegar a los mercados ha hecho que las comunidades rechacen las influencias extremistas. Estos y otros ejemplos de los efectos de las inversiones del FIDA tambi¨¦n ponen en claro que el logro de un impacto duradero depende de que se aborden de manera integral las interconexiones entre los factores econ¨®micos, la gesti¨®n de los recursos naturales y la inclusi¨®n social.

Garantizar los sistemas alimentarios sostenibles del ma?ana

En la actualidad, la est¨¢ aumentando la presi¨®n que se ejerce sobre nuestros sistemas alimentarios al alterar los mercados y las cadenas de suministro de los peque?os productores rurales de todo el mundo, lo que pone en peligro la paz y la estabilidad. Hoy m¨¢s que nunca, necesitamos a estos peque?os productores, y ellos a su vez necesitan apoyo e inversiones para poder cumplir su funci¨®n crucial.

Los sistemas alimentarios son complejos. Los agricultores en peque?a escala necesitan insumos, como semillas y fertilizantes, para garantizar la producci¨®n, y capacitaci¨®n y apoyo para poder superar perturbaciones como las condiciones meteorol¨®gicas imprevisibles, las recesiones econ¨®micas o las crisis sanitarias. Tambi¨¦n resulta fundamental velar por que los mercados en los que se compran y venden sus productos sigan funcionando, as¨ª como apoyar el papel esencial que desempe?an las mujeres en los sistemas alimentarios eliminando las desigualdades de g¨¦nero que entorpecen sus actividades de generaci¨®n de ingresos.

Por otra parte, tambi¨¦n se conjugan muchos aspectos sociales. El ¨¦xito de los peque?os productores rurales depende, adem¨¢s, de que se d¨¦ voz a sus representantes ¡ªlas organizaciones de agricultores, pueblos ind¨ªgenas, mujeres, usuarios de agua y otras instituciones comunitarias.

En estos tiempos dif¨ªciles, no debemos olvidar cu¨¢n importantes son los 500 millones de peque?as explotaciones agr¨ªcolas del planeta para fomentar la paz y la seguridad alimentaria a nivel mundial. La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios ofrecer¨¢ una oportunidad para sentar las bases de los sistemas alimentarios sostenibles del futuro, una tarea de la que dependen la paz y la prosperidad de las pr¨®ximas generaciones.