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?Qu¨¦ motivos podr¨ªan llevarnos a querer salvaguardar la diversidad cultural y ling¨¹¨ªstica ¡ªpodr¨ªa preguntarse¡ª cuando hablamos tanto sobre el ciudadano del mundo?

Vamos a viajar un poco con la mente. Ahora m¨¢s que nunca apodemos afirmar que el Art¨ªculo 55 de la Carta de las Naciones Unidas, firmada hace 72 a?os, se redact¨® con mucha clarividencia. Al reconocer que la cooperaci¨®n internacional en el orden cultural, as¨ª como el respeto universal a los derechos humanos sin hacer distinci¨®n por motivos de raza, sexo, idioma o religi¨®n, son condiciones necesarias para el bienestar de todos y las relaciones amistosas entre las naciones, el Art¨ªculo sent¨® las bases para la diversidad cultural y ling¨¹¨ªstica.

M¨¢s recientemente, la meta 4.7 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, sobre educaci¨®n inclusiva y equitativa de calidad, ha abordado la promoci¨®n del desarrollo sostenible en la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa mundial y la valoraci¨®n de la diversidad cultural. A medida que avancemos, ser¨¢ esencial poner en pr¨¢ctica las disposiciones del Art¨ªculo 55 y el ODS 4 para mantener la paz, mejorar la gobernanza, respetar los derechos humanos, apoyar el desarrollo sostenible y asegurar que nadie se quede atr¨¢s.

La lengua y la cultura son, de hecho, componentes clave de nuestras identidades y unen a comunidades y naciones. La Enciclopedia Brit¨¢nica define el idioma como un sistema de s¨ªmbolos convencionales hablados, manuales o escritos por medio de los cuales los seres humanos, como miembros de un grupo social y participantes en su cultura, se expresan. Y a?ade que las funciones del lenguaje incluyen la comunicaci¨®n, la expresi¨®n de la identidad, el juego, la expresi¨®n imaginativa y la liberaci¨®n emocional¹.

La lengua y la cultura est¨¢n ¨ªntimamente relacionadas y dependen la una de la otra, configuran las personalidades y sirven como repositorios de conocimiento. Influyen en el modo en que nos vemos a nosotros mismos y pueden determinar los grupos con los que nos identificamos.

Vivimos en un mundo en el que el 96% de los aproximadamente 6.909 idiomas registrados se habla solo por el 4% de la poblaci¨®n mundial². Adem¨¢s, alrededor del 6% de los idiomas tienen m¨¢s de 1 mill¨®n de hablantes y en conjunto representan m¨¢s o menos el 94% ciento de la poblaci¨®n mundial. La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) calcula que m¨¢s de la mitad de las lenguas del mundo corren el peligro de desaparecer³.

Recientes acontecimientos han revelado una b¨²squeda renovada de la identidad: una b¨²squeda de pertenencia, ansiedad por la p¨¦rdida de identidad y persecuci¨®n del significado en un entorno globalizado donde muchos se han quedado atr¨¢s.?

Estas son cuestiones esenciales para nuestro tiempo y ciertamente para nuestro futuro, como se reconoce en el Art¨ªculo 55 y el ODS 4. Para que el desarrollo sea verdaderamente sostenible, se debe prestar la m¨¢xima atenci¨®n a la lengua y la cultura a fin de afrontar estas ansiedades crecientes y buscar la pertenencia, ya que son elementos centrales de la sostenibilidad.

El poeta evenki Alitet Nemtushkin plasma los sentimientos de estas comunidades mundiales cuyos idiomas, as¨ª como el sentido de identidad y pertenencia, est¨¢n desapareciendo r¨¢pidamente:

Si olvido mi lengua nativa,

y las canciones que canta mi pueblo,

?de qu¨¦ sirven mis ojos y o¨ªdos?

?de qu¨¦ sirve mi boca?

Si olvido el olor de la tierra,

y no la atiendo correctamente,

?de qu¨¦ sirven mis manos?

?Por qu¨¦ estoy viviendo en el mundo?

?C¨®mo podr¨ªa creer la insensata idea

de que mi lengua es d¨¦bil y pobre

si las ¨²ltimas palabras de mi madre

fueron pronunciadas en evenki?

Como Alta Representante para los Pa¨ªses Menos Adelantados, los Pa¨ªses en Desarrollo Sin Litoral y los Peque?os Estados Insulares en Desarrollo (en total 91), me fascina que estos tres grupos de pa¨ªses acojan el conjunto m¨¢s diverso de lenguas y culturas del mundo, pero tambi¨¦n me preocupa que estas lenguas se encuentren entre las que corren mayor peligro de extinci¨®n. Papua Nueva Guinea, peque?o Estado insular en desarrollo, tiene registradas unas 840 lenguas, el doble de las que se hablan en toda Europa⁴. En el Pac¨ªfico, una regi¨®n con unas 1.300 lenguas, cada una de ellas la hablan solo 1.000 personas en promedio. En toda ?frica se hablan m¨¢s de 2.000 lenguas: una cifra que representa alrededor del 30% de las lenguas del mundo. Una vez m¨¢s, ?frica Subsahariana se encuentra entre las zonas del mundo con las lenguas m¨¢s amenazadas. La repercusi¨®n de este hecho no se limita a la comprensi¨®n popular de la lengua y la cultura. No se trata solo de preservar la lengua y la cultura, ya que ambas son mucho m¨¢s que utensilios.

Como ha demostrado la UNESCO en sus estudios, existe un fuerte v¨ªnculo entre la diversidad biol¨®gica y la diversidad ling¨¹¨ªstica. Las comunidades locales e ind¨ªgenas han elaborado complejos sistemas de clasificaci¨®n para el mundo natural, lo que refleja su profunda comprensi¨®n del entorno con el que viven. Esto abarca desde informaci¨®n pertinente sobre el crecimiento de las plantas hasta los nutrientes y el bienestar de los oc¨¦anos, permitiendo as¨ª el funcionamiento de ecosistemas fr¨¢giles pero que definen la vida.

En el otro extremo, hemos sido testigos de una mezcla sin precedentes de lenguas y culturas a trav¨¦s de la urbanizaci¨®n, el r¨¢pido aumento del turismo internacional y la migraci¨®n en masa. Como consecuencia, se han generado grandes fusiones de culturas en espacios urbanos y en naciones y continentes. Sin embargo, con demasiada frecuencia estos procesos han provocado una sensaci¨®n de alienaci¨®n para los que se quedan atr¨¢s y para los reci¨¦n llegados, mientras que para otros este fen¨®meno ha extendido una sensaci¨®n de ansiedad por su p¨¦rdida de identidad.

Al mismo tiempo, la llegada y la difusi¨®n de la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n y las comunicaciones (TIC) ha dado lugar a nuevas formas de comunicaci¨®n, como la comunicaci¨®n virtual sin fronteras realizada en algunos idiomas predominantes, a menudo a trav¨¦s de la comunicaci¨®n con signos o s¨ªmbolos (emoji), fotos (Instagram, Pinterest) y mediante un lenguaje abreviado y condensado (Twitter).

Esta evoluci¨®n presenta dos caras. Aquellos que tienen acceso a las TIC y dominan el idioma viven en un mundo sin fronteras, mientras que aquellos a los que se les niega el acceso se quedan excluidos y marginados. Sienten que su propio ser, su propia lengua y su cultura est¨¢n en proceso de desaparici¨®n. M¨¢s all¨¢ del comercio y otras m¨¦tricas, la uni¨®n de la humanidad conlleva muchos aspectos positivos; sin embargo, debemos asegurarnos de que esto no se haga a expensas de nuestra identidad o diversidad cultural y ling¨¹¨ªstica. Debemos asegurarnos de que estos logros no sean solo para unos pocos afortunados y dejen al margen al resto de la humanidad.

M¨¢s all¨¢ de ofrecernos el sentido vital de identidad y pertenencia, la lengua y la cultura son verdaderamente la sal de nuestra tierra. ?No es precisamente esta diversidad lo que impulsa el comercio y el turismo?

Desde el a?o 2000, se celebra anualmente el D¨ªa Internacional de la Lengua Materna el 21 de febrero con el objetivo de promover la diversidad ling¨¹¨ªstica y cultural y el multiling¨¹ismo. En 2017 la celebraci¨®n gir¨® en torno al tema ¡°Hacia futuros sostenibles a trav¨¦s de la educaci¨®n multiling¨¹e¡±.

En 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas exhort¨® a todos los Estados Miembros a ¡°promover la preservaci¨®n y protecci¨®n de todos los idiomas que emplean los pueblos del mundo¡±⁵. Adem¨¢s, 2008 fue proclamado A?o Internacional de los Idiomas y estamos presenciando una mayor concertaci¨®n de esfuerzos en todo el mundo para preservar y promover el multiculturalismo y el multiling¨¹ismo.

Estas s¨®lidas declaraciones de identidad y el sentido de pertenencia son signos de que debemos revertir el declive de la diversidad cultural y ling¨¹¨ªstica.? Para ello se requerir¨¢, entre otras cosas, un entorno en el que se ense?e a los j¨®venes su lengua materna y se les exponga a ella, ofreci¨¦ndoles tambi¨¦n la oportunidad de aprender otros idiomas locales y extranjeros.

Por lo general, esto implica pol¨ªticas nacionales favorables que protejan las lenguas de las minor¨ªas y respalden los sistemas educativos que fomentan la ense?anza de la lengua materna de calidad. Con esto se ayudar¨¢ a los pa¨ªses y las comunidades a avanzar en el logro de las ambiciones del Art¨ªculo 55 y el ODS 4. Esto tambi¨¦n significa que los ling¨¹istas e investigadores, junto con las comunidades locales, tienen un papel fundamental que desempe?ar en la documentaci¨®n y la preservaci¨®n de los idiomas que est¨¢n al borde de la extinci¨®n o en r¨¢pido declive.

La humanidad siempre ha tenido que enfrentar los desaf¨ªos evolutivos. Sin embargo, nos corresponde a nosotros liderar el cambio con visi¨®n y gestionar los desaf¨ªos velando por la protecci¨®n del tesoro de nuestra identidad cultural y diversidad ling¨¹¨ªstica. Nuestro mundo cada vez m¨¢s interconectado genera el potencial de un di¨¢logo e intercambio intercultural significativo. Valoremos y aprovechemos la diversidad, e invirtamos en ella, para actuar como puente entre las culturas.? Ejerzamos como ciudadanos del mundo capaces de producir armon¨ªa gracias a la riqueza de la diversidad local. El reto para el planeta que compartimos es generar un equilibrio entre la necesidad acuciante de aprovechar la diversidad cultural y ling¨¹¨ªstica para mejorar el di¨¢logo intercultural y la comprensi¨®n global, sin destruir nuestra identidad ni nuestro sentido de pertenencia.

Esta tarea nos compromete a todos: desde el individuo hasta la comunidad, la sociedad civil, los Gobiernos y las organizaciones internacionales. Las Naciones Unidas han sido y ser¨¢n siempre sin¨®nimo de la forja de alianzas que permiten el florecimiento de la cultura y la lengua y garantizan un futuro de dignidad para todos.??

Notas

1. David Crystal y Robert Henry Robins, ¡°Language¡±, en Encyclopedia Britannica Online, libro electr¨®nico (Encyclopedia Britannica Inc., n.d.). Disponible en (visitado el 6 de diciembre de 2017).
2. Tove Skutnabb¨CKangas, Linguistic Genocide in Education¨COr Worldwide Diversity and Human Rights? (Mahwah (Nueva Jersey) y Londres (Reino Unido), Lawrence Erlbaum Associates 2000 [edici¨®n actualizada para Asia Meridional: Delhi, Orient BlackSwan, 2008.]), citado en Tove Skutnabb-Kangas y Robert Phillipson, ¡°The global politics of language: markets, maintenance, marginalization, or murder?¡±, en The Handbook of Language and Globalization, Nickolas Coupland, ed. (Malden, Mass., Wiley-Blackwell, 2010), p¨¢g. 77.
3. UNESCO, Lenguas en peligro, citado en Tove Skutnabb¨CKangas y Robert Phillipson, ¡°The global politics of language¡±, p¨¢g. 77.
4. Gary F. Simons y Charles D. Fennig, eds., Ethnologue: Languages of the World, 20? ed. (Dallas (Texas), SIL International), libro electr¨®nico. Disponible en .
5. A/RES/61/266.