25 de enero de 2022

La democracia se basa en la participación. El voto es el primer paso, pero ningún sistema democrático puede funcionar adecuadamente sin candidatos que se presenten a las elecciones y, una vez elegidos, que asuman su cargo público. La política necesita de políticos, al igual que cualquier otra profesión o vocación necesita de profesionales.

Las críticas y los debates abiertos son una parte natural del proceso político, y los políticos están acostumbrados a estar bajo la lupa y el escrutinio públicos. No obstante, el discurso público, especialmente en las redes sociales, puede ser duro y abusivo y rebosar odio. El acoso cibernético puede alcanzar proporciones industriales. También está lejos de ser imparcial en cuanto al género.

Un estudio reciente titulado (Abuso de poder: acoso cibernético coordinado de los ministros finlandeses), publicado por el Centro de Excelencia de Comunicaciones Estratégicas de la OTAN, con sede en Riga, Letonia, puso de manifiesto que los ministros de Finlandia se enfrentan a un ciberacoso coordinado. Recomiendo la lectura del informe a todo aquel que esté interesado en el problema de los abusos a través de Internet o que se enfrente a él.

El Gobierno de la Primera Ministra Sanna Marin, nombrado en 2019, es único: se trata de una coalición que comprende a cinco partidos, todos ellos dirigidos por mujeres. Este gobierno, formado por 19 ministros, de los cuales 11 son mujeres, está equilibrado en cuanto a género.

El informe examinó cómo se hablaba sobre los ministros del gabinete de coalición en Twitter. Descubrió que la inmensa mayoría de los mensajes ofensivos tenía como objetivo a las ministras. De hecho, las mujeres recibieron unas diez veces más mensajes de este tipo que sus compa?eros hombres. Se podría esgrimir que los políticos en general atraen gran cantidad de críticas, pero el desproporcionado número de mensajes insultantes dirigidos a mujeres ministras es colosal.

Este mismo trato abusivo se refleja en , que también destacó que las mujeres políticas son blanco de acoso por su género. Dicho acoso puede implicar agresiones sexistas y amenazas de violencia sexual. Su fin último es disuadir a las mujeres de participar en la política.

Estudios y entrevistas con mujeres políticas de Finlandia han mostrado que esto ocurre con demasiada frecuencia. Las mujeres limitan sus propias ambiciones políticas e incluso abandonan la política totalmente. La hostilidad a que se enfrentan puede desalentarlas de incluso presentarse como cabezas de lista a cargos públicos.

Portada del informe Abuse of Power: Coordinated Online Harassment of Finnish Government Ministers. Dise?ada por Kristina Van Sant, Rolf Fredheim y Gundars Bergmanis-Korāts.

Una participación más igualitaria en la política y en la vida pública es una meta importante que tiene su reflejo en la política de las Naciones Unidas. Un sistema político inclusivo produce resultados más inclusivos. La igualdad genera buenas políticas. No se puede lograr una verdadera democracia sin que el conjunto de la población esté representado igualitariamente. Tal como se?ala el estudio del ciberacoso de las ministras finlandesas, debemos ser conscientes del entorno hostil y las dinámicas da?inas a que hacen frente las mujeres políticas, que son blanco de insultos y acoso en redes sociales por razón de su género. Soportan una carga adicional, que, en los peores casos, las aleja de la política.

?Qué podemos hacer? ?Simplemente tenemos que vivir con el abuso y el acoso en las plataformas sociales? Me gustaría pensar que existen formas eficaces de cambiar esta situación.

Parte de la solución para frenar el acoso a través de Internet es hacer que las plataformas de redes sociales sean más responsables del contenido que alojan. La realidad está tomando esa dirección y las empresas que gestionan redes sociales están empezando a adoptar medidas. El tipo de acción que pueden iniciar no está bien definido y pueden surgir cuestiones difíciles de enfrentar a la hora de determinar qué medidas serán efectivas y adecuadas. Por ejemplo, ?dónde se dibuja la línea entre la protección contra el acoso y la libertad de expresión?

El lenguaje también puede ser una barrera. Identificar discursos de odio y de acoso en toda su diversidad lingüística puede suponer un reto para incluso los moderadores mejor intencionados y más equipados, así como para las herramientas más eficaces de inteligencia artificial.

Básicamente, se debe revertir toda la dinámica. Debemos alejarnos de la situación actual en la que las propias víctimas de los discursos de odio deben tomar medidas notificando los comentarios ofensivos y obligar a los potenciales autores a asumir su responsabilidad y pensarse dos veces la publicación de comentarios insultantes. En última instancia, las redes sociales deben dejar de publicar este tipo de mensajes.

Otra herramienta potencial para combatir el acoso cibernético es la legislación. En Europa ya se han instaurado códigos de conducta para las plataformas de redes sociales con el objetivo de luchar contra el discurso de odio. En la actualidad, la Unión Europea está proponiendo leyes que definirían mejor las responsabilidades de sus países miembros y pedirían cuentas a las plataformas de redes sociales. En Finlandia se han propuesto medidas legislativas para clasificar el discurso de odio y el acoso con razón de género como circunstancias agravantes para las condenas. Otro paso práctico se refiere a la ilegalización de las amenazas a funcionarios públicos objeto de persecución pública, en lugar de dejar en manos de las víctimas la opción de acudir a la justicia como demandantes privados.

Jukka Salovaara, Representante Permanente de Finlandia ante las Naciones Unidas, copreside la primera reunión del Grupo de Amigos sobre Tecnologías Digitales. Naciones Unidas, Nueva York, 21 de noviembre de 2019. Foto ONU/Rick Bajornas

Los medios legislativos para controlar el acoso cibernético exigen, evidentemente, un fuerte sistema del Estado de Derecho que también proteja la libertad de expresión. Las Naciones Unidas desempe?an un papel esencial en este ámbito. Por ejemplo, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres) lanzó la , por la que se aúnan diferentes coaliciones de acción con el objetivo de progresar hacia la igualdad de género. Finlandia es uno de los líderes de la , en la que participan grandes empresas tecnológicas y plataformas de redes sociales comprometidas con la contención del discurso de odio con razón de género en redes sociales. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) también trabaja para prevenir el ciberacoso infantil. Existen otros muchos buenos ejemplos, y es que se están haciendo progresos.

Solamente a través de la acción colectiva entre gobiernos, el sector privado y la sociedad civil se podrá lograr un futuro en el que las personas, independientemente de su género, puedan debatir en redes sociales sobre cuestiones que afectan a la sociedad sin recibir acoso. Las redes sociales ofrecen una cantidad de oportunidades sin precedentes de acceder a debates públicos, pero, en la práctica, se paga el alto precio de una baja rendición de cuentas y un grado inaceptable de impunidad para los transmisores de los discursos de odio.

Mantener viva la democracia y prestar servicio a la comunidad como conjunto debería ser nuestra meta común. Un paso esencial para lograrlo es garantizar espacios seguros para el debate, inclusivos y libres de acoso con razón de género.

 

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